Felipe Ocaña Avila
"La mejor definición de la estética de la Ciudad Genérica es el "estilo libre". ¿Cómo describirlo? Imaginemos un espacio abierto, un claro en el bosque. una ciudad nivelada Hay tres elementos: las carreteras, los edificios y la naturaleza; todos ellos coexisten con relaciones flexibles. aparentemente sin motivo, en una espectacular diversidad organizativa. Cualquiera de los tres puede dominar: a veces la "carretera" se pierde, y se la encuentra serpenteando en un desvío incomprensible; a veces no vemos edificios, sino sólo la naturaleza; luego, de modo igualmente impredecible, nos vemos rodeados solo por edificios. En ciertos puntos alarmantes. las tres cosas están simultáneamente ausentes. En esos emplazamientos" (en realidad, ¿qué es lo opuesto a un emplazamiento?; son como agujeros perforados en el concepto de ciudad), el arte público emerge como el monstruo del lago Ness, figurativo y abstracto a partes iguales, habitualmente autolimpiado."
"La calle ha muerto, ese descubrimiento ha coincidido con los frenéticos intentos de su resurrección. El arte público está por todas partes: como si dos muertes hiciesen una vida. La peatonización -pensada para conservar- simplemente canaliza el flujo de los condenados a destruir con sus pies el objeto de su presunta veneración."
Rem Koolhaas
"La ciudad genérica"
El uso del espacio público ofrece oportunidades de desarrollo y experimentación plástica no solo para el artista sino para el público a quien dirige su trabajo, donde ante el fracaso social que representa el museo, la galería y hoy la instancia gubernamental dirigida a administrar la cultura y las artes se puede replantear cuales son las funciones del arte y cuales son sus objetivos validos ante tanta oferta y promoción que fluctúa entre miles de dólares y tres centavos.
Desde la década de los sesenta, Daniel Buren atacó los sistemas institucionalizados del arte con su propuesta artística declarando: "Todo arte debe ser reaccionario", y explorando el espacio exterior, público y/o urbano llevó sus tradicionales bandas blanco y negro a sitios donde tradicionalmente el artista no intuía posibilidades formales de aplicación para sus fines, si bien, Buren se apropió el espacio público como área de denuncia, en menos de una década, tales propuestas fueron rápidamente asimiladas por público especializado y no en terrenos del arte.
En el seno de una sociedad de consumo consagrada al triunfo personal diseñado por la televisión y los medios de comunicación que dictan los patrones sociales de como y por qué vivir, Gordon Matta –Clark hizo del espacio y sus componentes piezas manipulables donde la esencia y los factores de uso tradicionales de cada elemento se desacralizaban en sus manos para dar paso a realidades donde el vacío social y personal se encarnaba crudamente en trozos diseccionados de realidad mostrando la sutil fragmentación a que nos somete nuestra realidad espacial ordinaria y que tantas veces tratamos de ignorar disfrazándola de placeres prácticos y cotidianos.
El tiempo, el uso y la función, la pertenencia y sus valores prácticos, el hogar y su aparente protección psicológica, el espacio y sus realidades prácticas e inútiles; todo paso por su análisis en función de una sociedad estereotipo, cansada y gastada de su eterna adolescencia.
El individuo común utiliza y necesita figuras metafóricas para darle a su imaginario un sentido, una interpretación para él mismo y para el otro, para llevar al terreno de lo práctico los acontecimientos, lo desconocido o lo diferente. Esa necesaria asignación de valores le otorga una comprensión del mundo a un nivel simbólico y se expresa en su discurso, su lógica, su narrativa y los mitos que comparte y recrea para interactuar con su mundo inmediato, con su espacio.
"En una sociedad intimista que lo evalúa todo con criterio psicológico, la autenticidad y la sinceridad se convierten en virtudes cardinales y los individuos, absortos como están en su yo intimo, son cada vez menos capaces de desempeñar roles sociales: Nos hemos convertido en "actores privados de arte".
…La disolución de roles públicos han generado una forma de incivismo que se manifiesta, por una parte en el rechazo de las relaciones anónimas con "desconocidos" en la ciudad y en el confortable repliege a nuestro ghetto íntimo, y por otra, en la disminución del sentimiento de pertenencia a un grupo y correlativamente la acentuación de los fenómenos de exclusión."
Gilles Lipovetsky
"La era del vacío"
El uso y apropiación de espacios públicos por la pintura (y graffiti) es de las modalidades estéticas quizás la más común para definir coloquialmente el concepto de arte urbano; donde no solo el espacio público es el "privilegiado" de albergarla, sino que además, ahora, cualquier área es factible de intervención, sin embargo, cada espacio específico demanda un estudio previo respecto al carácter pictórico que se pretende y es ahí donde existe el riesgo de no obtener resultados satisfactorios, pues el análisis integral no solo de la superficie de trabajo es vital sino los componentes que forman parte del área total, espacios auxiliares, percepciones temporales o permanentes por parte del usuario o publico espectador, paralajes dimensionales, alturas, luz, mobiliario urbano, historia del espacio, su impacto actual y futuro, etc.
"Todo nuestro entorno urbano y tecnológico (parking subterráneo, galerías comerciales, autopistas, rascacielos, desaparición de plazas públicas en las ciudades, aviones, coches, etc.) está dispuesto para acelerar la circulación de los individuos, impedir el enraizamiento, y en consecuencia pulverizar la sociabilidad… … el paisaje limpiado por la velocidad."
Lipovetsky, Gilles.
"La era del vacío"